Hay una preocupación compartida entre todos: el gasto excesivo de energía en la climatización de nuestros hogares. La mayoría de nosotros asume que solo hay un camino para mantener nuestro hogar cómodo encender el aire acondicionado o la calefacción al máximo. Esto no es necesariamente cierto y hay muchas formas de ahorrar tanto energía como dinero con una gestión inteligente. Aquí están algunos consejos útiles que puedes seguir para mantenerte fresco y aislado del calor sin arruinarte la cartera.
Primero y más importante, mantén el termostato a un nivel constante. Establece la temperatura en una temperatura agradable sin abusar del sistema de climatización. Déjalo ahí y no lo cambies; El encender y apagar el aire acondicionado constantemente solo significa que el sistema tendrá que trabajar más duro para lograr los mismos resultados. Algunas personas también recomiendan mantener el termostato en un grado o dos grados más alto durante las horas de la noche (o un par de grados más bajo en invierno), lo que ayuda a ahorrar energía sin comprometer demasiado tu comodidad.
Segundo, limpia o cambia los filtros del sistema de climatización con regularidad. Un filtro sucio disminuirá el flujo de aire dentro del sistema, lo que significa que el sistema tendrá que trabajar más para satisfacer tu demanda de calefacción / enfriamiento. Esto terminará costándote mucho tiempo y dinero en electricidad. Afortunadamente, es fácil mantener los filtros limpios revisando y limpiando (si es necesario) los filtros cada mes.
Tercero, aprovecha al máximo la luz natural al abrir sus ventanas por la mañana cuando sea posible. La luz solar proporciona un gran nivel de calor natural, por lo que su hogar ya sentirá tibio; No tenemos que encender el aire acondicionado directamente después de despertar. Si vives en un lugar donde la brisa matutina es fresca, bienvenida ella y abre las ventanas si puedes para obtener la mejor experiencia de refrigeración natural sin desperdiciar electricidad.
Y finalmente, adopta prácticas responsables en cuanto al uso del lavavajillas, secadora y otros electrodomésticos que generalmente generan mucho calor además del consumo energético. Procure lavar sus platos con frecuencia durante la noche o temprano por la mañana cuando el sol no golpee directamente su casa. Por otro lado, intente secar sus ropas fuera durante el día para evitar problemas con el interior del hogar causados por el aparato de secadora (además de ahorrar electricidad). De esta manera, evitamos tener que usar dispositivos moleculares para combatir el calor interno causado por los mismos electrodomésticos.
En resumen, los consejos anteriores son grandes pasos para ayudarnos a disminuir nuestra huella de carbono y gestionar mejor nuestras facturas de electricidad sin comprometer nuestro confort. No solo podemos ver un impacto inmediato en nuestras finanzas sino también un impacto profundo positivo en nuestro medio ambiente. Así que ¿Por qué no empezar a ponerlos en práctica ahora?